mayo 16, 2024 - julio 19, 2024

PRAXIS BA | Josefina Concha E.

Excursiones nocturnas | Curaduría por Matías Allende Contador

“No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros”.

Ciudad sin sueño (1929), Federico García Lorca

Encontrarse con estas pinturas provoca escuchar ulular a búhos de miradaspenetrantes; el trepar de arañas gigantescas; el rasar de víboras sobre la madera podrida, hojas y musgos; el aullido de seres con rostros y miembros en descomposición; retratos de humanos ocultos de la luz, con las deformaciones propias de quienes no recibieron la fortuna del sol. En definitiva, un paisaje de sombras. No obstante, estas apariciones de seres pesadillescos se hallan con su complemento nocturno: parejas deseándose en el vértigo de lo furtivo; plantas con formas de genitales; animales, insectos y espectros a los que la artista, a pesar de su deformidad, no les quita la capacidad de sentir y sentirse, acariciar y acariciarse.

Esta exposición tiene tan poco de programática como todo de libidinal. Responde al impulso de Josefina Concha E. de explotar su relación voraz con la pintura, habitualmente sublimada por sus textiles escultóricos, los cuales crea tras haberles dado carne a edredones agrandados, capa por capa, mediante hilos cosidos por máquinas tórridas. Máquinas que azotan como turbinas un piso de madera en Santiago, un ruido insistente y repetitivo que puede llegar a volverse una pesadilla. La pintura, entonces, se vuelve para Josefina una escapatoria de este accionar mecánico, la pintura es un lugar seguro, de confianza, de abrigo y de resguardo, incluso aunque sea un expresionismo figurativo de ese que parece que la piel se desprende de los modelos, sigue siendo el espacio familiar donde la artista regresa activando antes que cualquier sentido la vista.

Por ello Excursiones nocturnas nos invita a un páramo de criaturas naturales y fantásticas, representadas en pequeñas pinturas y textiles volumétricos adheridos a estructuras como si en cualquier momento fuesen a echar el vuelo. Obras que están escondidas tras lunas menguantes y crecientes, puesto que nunca se exponen a la claridad total, necesitan el suficiente fulgor para permitirnos mirarlos desde nuestro paisaje seco, observar esa región trémula y húmeda, más húmeda que la ciudad pantanosa de Buenos Aires.

Puesto que es fundamental comprender la importancia de escapar de nuestra cotidianeidad, contemplar este zoológico de monstruos y amantes, es transigir que no nos terminen agotando las turbinas del día a día. Salir del mundanal ruido es algo a lo que aspiramos todos los que nos dedicamos al arte y, lamentablemente, en general se nos exige vociferar, como si las ciudades ardiendo no fuesen suficiente. “No es sueño la vida ¡alerta! ¡alerta! ¡alerta!”, escribía García Lorca.

Me gusta pensar que una serpiente puede ser la analogía de la disciplina pictórica para la artista. Así, unas víboras salen de la cabeza de un hombre dormido, es aquella ciudad —por fin— del sueño, una donde el reptil se despliega en todo el paisaje charlando con sus compañeros animales y humanos convenciéndolos de que nos atrapen. Esa serpiente que es la pintura en sí misma no tiene fin, una bestia rasante que todo el tiempo explora distritos originales, está buscando cosas nuevas y, en esos callejones que se abren, se enreda, anudándose, quedándose un rato en ese problema del color, la pincelada, el estilo, la escuela. Después se aburre, odias las convenciones pero, como dice el mismo poema ya citado: “al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros”, dentro de los fracasos la decepción debe ser el más terrible de ellos. En definitiva, si esta es la manera de entender la pintura de Josefina, no podría estar más de acuerdo.

Josefina Concha E. nos propone en esta exposición vivir la pintura como una escapatoria a la realidad cruel que vivimos. Esto gracias, primero y en gran medida, por esas obras bidimensionales y, después, por compañía afectiva, por sus tejidos, así todas estas obras habitan una ciudad donde lo fantástico y lo onírico han escapado, que se ha colado en la capital porteña que se ha transformado esta vez, como en otras ocasiones de su historia, en una ciudad sin sueño.

Finalmente, llegar a este páramo de monstruos y amantes, no fue por ser un espectador algo más o menos informado del universo subjetivo de la artista, de su trayectoria y de sus intereses, sino porque está exposición es una invitación sugerente para sus espectadores. Y, antes de cerrar con una cita sosa del psicoanálisis freudiano, que de una manera un tanto lineal entiende la muerte con el deseo como una doble cara de la misma moneda. No, quiero complejizar en un universo personal fantástico, puesto que no es solo la calidad excepcional de estas piezas lo que me convoca a escribir y acompañar, sino la posibilidad de comprometerme con una ilusión. Antes de bajar las persianas de la fantasía completa y entrar a la ciudad sin sueño, dejémonos encantar un instante por la posibilidad de pasear con criaturas esta noche.

Matías Allende Contador
Chile, abril 2024

Horarios:

Praxis Buenos Aires
Lunes a viernes: 10.30 a 19.30hs
Sábados: 10.30 a 14hs.

+5411 4813-8639
praxis1@praxis-art.com

COMPARTIR

Para recibir información sobre las exposiciones, haga click aquí