Intento explicarme lo que estuve haciendo. Escribir no es como pintar.
Sin embargo, encuentro ciertas similitudes entre ambos. Cuando selecciono palabras, me pregunto el porqué de esa selección. Algo tienen en común esos términos con los que tengo afinidad: refieren siempre a estructuras, procesos, razonamientos, ritmos, cambios o repeticiones. Descubro que esas palabras que resuenan con mi trabajo ya estaban presentes en el procedimiento desde el principio y leer la definición de la palabra es como volver a accionar el método para la construcción de mi obra. Lo no formulado durante el procedimiento, entonces, se clarifica y vuelve a repetirse al develarse esta afinidad entre nombrar y hacer.
En un cruce con la matemática, y en su compañía abstracta, encuentro términos que me atraen por su versatilidad, como variable: aquello que cambia cuando le aplico una función, lo cual da resultados diferentes en un proceso similar a resolver una ecuación. Esta variable podría ser un color. Luego, de acuerdo a su intensidad, tamaño o posición desplegará distintas funciones visuales, a la manera de una función en matemática. A través de los distintos sistemas de colores y repeticiones de líneas, cada elemento se ve diferente por el contexto que lo modifica. Cada obra es una función y el color, la variable que la define. Si el cruce es con la lógica, en un silogismo las premisas están seguidas por una conclusión, donde su estructura determina la disposición de sus elementos, en este caso: líneas, formas y/o colores. Decido un color, luego la estructura o sistema determinará su ubicación y su repetición.
Intento explicarme lo que estuve escribiendo. Pintar no es como escribir.
Bordes confusos y pared, imagen desfasada de su soporte articulan un pasaje enfocando y desenfocando ciertos colores o formas. Pulsos, ritmos, repeticiones, curvas, oblicuas, rectas, opacos y brillantes, los encuentro indispensables para poder generar una continuidad y una relación ágil con el espacio y para hacer circular la mirada: un resultado abierto y extendido hacia el lugar, la arquitectura en la cual se inscribe.
Si propongo un recorrido para mirar, entonces éste sería semejante al procedimiento: recorrer, desviar, repetir, relacionar, agrupar, extender, comparar, circular, deambular. El método para mirar se parece al devenir del hacer.