Partimos de la base de que la única constante en la vida es el cambio. Pero por algún motivo fomentamos una cultura de lo heredado, lo eterno y lo estático.
Byung Chul Han explica en su libro Shanzhai que en Oriente las obras de arte son piezas dinámicas: los artistas van creando colectivamente una misma obra, replicándola a lo largo del tiempo y es eso lo que le da valor.
La propuesta de esta exhibición consiste en generar un paisaje dinámico, donde se presenta al dibujo como una obra mutable.
La luz, la sombra y la oscuridad introducen lo dinámico en la obra estable. Un juego de luz y sombra en el paisaje que, al tiempo de la contemplación, es ausente y presente.
Las luces serán controladas a partir de un programa denominado Domótica para que la sucesión del espectro lumínico sea proyectado sobre las obras, dimmerizándose automáticamente y generando el paisaje ausente/presente. El concepto dinámico para la muestra solo pudo ser pensado a partir de la colaboración con Arturo Peruzzotti, Jose Maserazzo, Agustina Alvarez Costa y Agustin Cosenza. Peruzzotti, arquitecto especializado en iluminación y en el estudio de la misma, fue el que ideó y diseñó la composición lumínica capaz de generar ese juego sobre las obras. Maserazzo y Alvarez Costa fueron los encargados del hardware de la propuesta.