“En una experiencia íntima, me enfrento al lienzo o papel en blanco sin ningún plan. Si bien siempre me sorprendo con lo que aparece, hay un ideal que persigo en una búsqueda inagotable. Cada obra plantea un acertijo que intento descifrar de manera intuitiva. Mientras que los gestos y las manchas expresan sentimientos, las pinceladas cuentan relatos que al construirse se derriten.
Encuentro en la práctica artística la prolongación de mi búsqueda filosófica. La posibilidad de decir sin hacerlo. Aunque a veces juego con las palabras, no dejo que dictaminen. Prefiero llevar la narración al plano de lo abstracto en donde las ideas se amplían creando un nuevo orden.
En estos paisajes mentales, la figuración está arrasada (desfigurada). Extraigo como en un papel de calcar, solo su contorno, la parte que más me interesa, la invisible: su esencia”, Dolores Castaño.