Sin título - Serie Errantes Antártida (I)
Sin título - Serie Errantes Antártida (I)
Fotografía toma directa
79 x 100 cm
2014
Sin título - Serie Errantes Antártida (II)
Sin título - Serie Errantes Antártida (II)
Fotografía toma directa
75 x 115 cm
2014
Sin título - Serie Errantes Antártida (III)
Sin título - Serie Errantes Antártida (III)
Fotografía toma directa
79 x 100 cm
2014
Sin título - Serie Errantes Antártida (IV)
Sin título - Serie Errantes Antártida (IV)
Fotografía toma directa
75 x 115 cm
2014
Sin título - Serie Errantes Antártida (V)
Sin título - Serie Errantes Antártida (V)
Fotografía toma directa
75 x 115 cm
2014
Sin título - Serie Errantes Antártida (VI)
Sin título - Serie Errantes Antártida (VI)
Fotografía toma directa
75 x 115 cm
2014
Sin título - Serie Errantes Antártida (VII)
Sin título - Serie Errantes Antártida (VII)
Fotografía toma directa
75 x 115 cm
2014
Sin título - Serie Errantes Antártida (VIII)
Sin título - Serie Errantes Antártida (VIII)
Fotografía toma directa
75 x 115 cm
2014

Nicolás Trombetta

Las tomas fotográficas a través de varios segundos de exposición muestran cuerpos humeantes que se deshilachan en si mismo mientras el tiempo hace y deshace.
El tatuaje del cuerpo en la tierra parece ser esencia de la naturaleza dejando rastros de un pasado que retorna como presencia

En estos casos, la fotografía parece liberarse de su carácter verídico para edificar territorios en continuo desplazamiento. Los cuerpos se funden en instantes, se modifican, imposibiltan el sentido táctil y fabrican imaginarios posibles que permiten olvidar el cuerpo como sustancia.

 


 

En sus Retratos en Mar de Ajó (2001-2) Trombetta se dedicó a quienes visitan este balneario en el que junto a su familia regentea un hotel (pasa allí cuatro meses del año). En esas pequeñas escenas construidas exploraba el extrañamiento de lo cotidiano. Sus fotos acusaban ya los rasgos de una realidad montada, compuesta ad hoc y abundaron los guiños al clishé publicitario. Vemos el tiempo curiosamente detenido y a los veraneantes posando para la cámara bañados por una luz enrarecida. Algo de la mística del balneario en el imaginario de la clase medio argentina trasuntan estas fotos. ¿Qué buscamos en cada peregrinación al mar?, ¿Qué encontramos, qué recuperamos en la playa? ¿Volvemos de algún modo para rendir culto al sol una vez mas? ¿Buscamos una complicidad perdida, nuestros cinco minutos en el paraíso? En las series lugar habitante (2003-4) y Ser Tierra (2005) la fantasía ganó terreno. Trastoco a los seres y las cosas: personas semi-enterradas, escafandras de arena como cascos naturales o cascos blancos como huevos gigantes. En estos trabajos Nicolás logró anudar realidad y ficción de un modo singular. Tematiza la necesidad, la posibilidad, de una relación de amorosa intimidad entre el hombre y la naturaleza. Esa misteriosa empatia y hermandad. La ocasión de recuperar algo de aquel “estado de naturaleza” perdido. Las personas parecen conectar con algo mas primario, mas primitivo en su fusión con el agua y la tierra, a través de las caricias de la arena o el sol. En la posibilidad de la desnudez casi total, en la voluptuosidad del mar, su vibración, su musicalidad. Y los niños en su pulsión por el entretenimiento, y los adultos que se dejan enterrar, algo de la experiencia uterina, del agua y calor. Un calor primigenio. Y el horror y la atracción de algo ancestral cuando la naturaleza se visita no domesticada, sin guías ni rutas valladas. El temor y el placer de dejar que asome el animal que nos habita, el terror de fundirse, de ser tomado por ese lugar del que venimos. Trombetta comienza así a explorar una interpretación de la naturaleza y sus reinos (mineral, vegetal y animal) en clave surreal con algo de ciencia ficción. En sus fotos y videos más recientes (Ser nube, 2006) son una vez mas el marco de la escena, el cielo, la tierra y el mar, sin embargo se atiene cada vez menos a lo que hay. Ensaya un esbozo de narración con secuencias de fotos (800 por video aproximadamente). Diseña vestuarios, dirige a sus actores y trabaja en colaboración con un músico: Oliverio, y un cineasta: Ignacio Laxalde. “A tientas y a locas” parece moverse este ser-nube. ¿Huye o regresa? Con la nitidez espasmódica del sueño, esta criatura mullida que orilla lo animal, de torpe y pesado andar, irá y vendrá, se confundirá con su sombra, arderá, nacerá, morirá…o dará sus primeros pasos? Este paisaje es mi alma, parece decir Nicolás Trombetta. “Si pudiera cambiaría la forma de médano”, confiesa. Recorre su errante criatura bellas e inquietantes postales de una naturaleza soñada. En algunos casos Nicolás enrarece aún mas las condiciones de luz y sus fotos y videos tendrán ya la textura de esa muerte pasajera que es el sueño o la pesadilla. Gabriela Francone.

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Nicolás Trombetta    Imprimir